{jkhighlight}Una investigación científica mundial reveló que retrasar un procedimiento quirúrgico en pacientes COVID-19 positivos reduce la mortalidad{/jkhighlight}.

Este estudio fue dirigido por expertos de la Universidad de Birmingham. Más de 25.000 cirujanos trabajaron juntos como parte del grupo colaborativo llamado COVIDSurg para recoger datos de más de 140.000 pacientes de 1.674 hospitales en 116 países.

El líder nacional de proyecto para Argentina fue el investigador Luis Boccalatte, un joven médico de 33 años que se desempeña como cirujano de cabeza y cuello en el Centro Gallego de Buenos Aires y como coordinador de docencia e investigación.

Boccalatte nació en la ciudad bonaerense de 25 de Mayo. Recibió el título de médico con diploma de honor en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Ha publicado más de 50 artículos científicos en revistas nacionales e internacionales, ha sido acreedor de diferentes premios académicos y se desempeña como miembro del comité editorial y/o revisor en diferentes journals de la especialidad. Finalizó su residencia en Cirugía General y su subespecialidad en Cirugía de Cabeza y cuello, Plástica y Reconstructiva cráneo-maxilofacial en el Hospital Italiano de Buenos Aires.

¿Cómo se vio usted involucrado en este estudio?

Muchos de los grupos de investigación colaborativos establecen contacto con los diferentes investigadores a través de artículos publicados.

Fui contactado vía mail donde me invitaban a participar de los primeros estudios en abril del 2020. Debido a la participación y contribución de Argentina en la investigación, formé parte del comité encargado de establecer los lineamientos de los próximos estudios alrededor del mundo. Simultáneamente, ejercí el rol de Líder Nacional del estudio COVIDSurg-week.

¿En qué consistió este trabajo de investigación? ¿Por qué es considerado uno de los estudios colaborativos más grandes del mundo?

Respecto a la primera pregunta, el estudio fue dirigido por expertos de la Universidad de Birmingham en Reino Unido. Los hospitales que participaron incluyeron pacientes adultos y pediátricos sometidos a procedimientos quirúrgicos durante octubre del 2020.

Si bien diferentes trabajos científicos y guías internacionales determinaron que realizarse una cirugía cursando COVID-19 aumenta la mortalidad del procedimiento quirúrgico y si es posible se recomiendo atrasarla, existía poca evidencia en relación al tiempo óptimo que se debía retrasar.

Este estudio marca un hito dentro de la investigación científica. Más de 25.000 cirujanos trabajaron juntos como parte del grupo colaborativo llamado COVIDSurg para recoger datos de 140.727 pacientes de 1.674 hospitales en 116 países incluyendo Argentina, Australia, Brasil, China, India, Emiratos Árabes Unidos, Reino Unido y Estados Unidos, entre otros países, creando uno de los estudios más grandes y amplios de cirugía en el mundo.

¿Cuál fue el objetivo de la investigación?

El objetivo del estudio fue determinar el tiempo adecuado que es necesario retrasar la cirugía para evitar el aumento complicaciones y/o la muerte de los sometidos a cirugía.

Se usaron diferentes modelos estadísticos ajustados a diversas variables y se calculó la mortalidad y complicaciones postoperatorias a los 30 días para diferentes períodos desde el momento del diagnóstico de la infección por SARS-CoV-2 a la cirugía.

¿Cuál fue su rol en este estudio y qué contribución hizo Argentina en esta investigación de gran alcance?

Fui seleccionado como Líder Nacional del proyecto en Argentina, junto con mi colega María Marta Modolo. Mi función fue coordinar, articular y difundir el proyecto en el país. Este tipo de estudios ya se habían realizado por el mismo grupo inglés. Sin embargo, Argentina nunca había tenido un rol tan preponderante en la región.

Argentina nunca había tenido un rol tan preponderante en la región

La república Argentina reclutó 1.911 pacientes, posicionándose segunda en América latina, sólo detrás de Colombia que incluyó 2.605 pacientes. Los pacientes fueron incluidos por 46 equipos argentinos y cada equipo estuvo conformado por tres a cinco cirujanos de diferentes especialidad quirúrgicas. Participaron nueve hospitales argentinos.

¿Cuáles fueron los resultados de la investigación?

Los hallazgos han sido publicados en la prestigiosa revista Anaesthesia. Los investigadores descubrieron que los pacientes operados entre la semana 0 y 6 después de padecer COVID-19 presentaban mayor riesgo de muerte postoperatoria, así como los pacientes con síntomas al momento de la cirugía.

Es por eso que este estudio recomienda que se retrase la cirugía al menos 7 semanas después de un test positivo o hasta que los síntomas se resuelvan si el paciente tiene síntomas durante 7 semanas o más después del diagnóstico.

Es importante no perder de vista que las decisiones en relación al retraso de la cirugía deben ser individualizadas para cada paciente. Las ventajas de retrasar la cirugía 7 semanas después del diagnóstico de COVID-19 deberían ser valoradas frente a los potenciales riesgos de retrasarla. Para algunas cirugías urgentes, como por ejemplo tumores avanzados, los cirujanos juntos con los pacientes podrían llegar a la conclusión que el riesgo de retrasar la cirugía no está justificado.