El presidente de la nación, ya en Buenos Aires tras sus más de 20 días de vacaciones y su amigable charla con el ultraderechista Jair Bolsonaro en Brasil, está de vuelta en el país y su primera declaración pública fue decirles a los inundados que van a seguir con el agua al cuello durante largo tiempo.

Durante un diálogo con la prensa este jueves en Casa Rosada y acompañado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el canciller Jorge  Faurie, el Presidente señaló que los argentinos "tendremos que acostumbrarnos a que esto (las inundaciones) va a pasar en distintas zonas, en distintos lugares del país".

En ese sentido, apuntó que "nuestra infraestructura no alcanza para contener estas situaciones, en la que las lluvias son siempre superiores a todo lo conocido, como el año pasado lo fue la sequía".

Sin embargo, el mandatario también señaló que "debemos avanzar con las obras necesarias" y que "tenemos que encontrar la forma de generar los recursos para que se puedan hacer esas obras imprescindibles".

Además, le pasó la pelota a los gobiernos provinciales, los cuales, se apuró a decir "que son los que tienen la responsabilidad primaria en la atención de los casos más urgentes".