Con la presión de Camioneros, de las dos CTA y los Movimientos Sociales, y ante en desaire del Gobierno la CGT decidió convocar a un paro general para el próximo 25 de junio.

Si bien el propio Héctor Daer había advertido hace 15 días que “estaban dadas las condiciones objetivas” fue el desaire del Gobierno que suspendió la reunión prevista para el martes a la mañana lo que terminó de vencer la resistencia interna a convocar al paro.

La CGT había presentado el jueves pasado un petitorio con cinco puntos que el Gobierno se había comprometido a contestar hoy. La respuesta no fue satisfactoria. El gobierno se negó a suspender los despidos, tanto de estatales como de privados, por seis meses; dijo que no tenía los recursos para eximir del medio aguinaldo al pago de ganancias; no dio respuesta para el reembolso de los fondos de las obras sociales, se negó a reabrir sin techo las paritarias y tampoco se comprometió a desistir de la reforma laboral. Ante este panorama ni los más dialoguistas esbozaron resistencia ante la moción de paro general.

La discusión fue por la fecha. Juan Carlos Schmid, uno de los secretarios generales, pidió que el paro se realice el próximo jueves 14.  Finalmente no pudo imponer su posición. Los Gordos hicieron valer su número y se fijó el 25 de junio como la fecha para la medida.

Lo cierto es que más allá de los argumentos que tienen que ver con la logística y la organización, los “Gordos” y los “Independientes” no querían regalarle la medida de fuerza a Hugo Moyano que ya había anunciado el paro nacional de Camioneros.

El anunció lo hizo formalmente el triunvirato acompañado por el secretario General de UPCN, Andrés Rodríguez. El encargado de hacer el anuncio formal fue Daer: “Luego del debate la conclusión es que los datos económicos y de empleo, los datos que tienen que ver con todo lo que afecta a los sectores más vulnerables se van afectando y cada vez son más alarmantes. Lo que hemos decidido es declarar el día 25 un paro de actividades por 24 horas sin movilización”.

Por su parte, Schmid desestimó cualquier posibilidad de que se pueda levantar el paro ante una nueva convocatoria del Gobierno. “Cuando plateamos la suspensión de los despidos el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, nos dijo eso era imposible porque desde su visión económica no se puede intervenir y la idea es que la fuerzas del mercado equilibren. Bueno nosotros estamos en las antípodas. Para que levantemos el paro el Gobierno tiene que hacer un viraje total y eso no va suceder”.

Schimid  además, adelantó que la CGT espera que “los meses que vienen que la situación se agrave porque los problemas que estaban antes de cerrar el acuerdo con el FMI y de sancionar el tarifazo, eran problemas que nosotros manifestamos en nuestras marchas que es el problema de que el poder adquisitivo está cada vez más erosionado"”.

El mensaje más duro llegó de la boca de  Carlos Acuña que a su turno acalaró: “Esta CGT siempre quiso que al Gobierno le vaya bien. Siempre tuvimos la prudencia necesaria para que las cosas se solucionen a través del diálogo. Pero un diálogo que tenga respuesta y no que quede solo para la foto”.