La organización indígena Conaie dijo que las manifestaciones continuarán hasta que el mandatario reponga el subsidio al diésel y la gasolina que retiró la semana pasada, y que por décadas ha permitido que los ecuatorianos tengan un combustible más barato.

"Estaremos llegando más de 20.000 indígenas a la ciudad de Quito para exigir al Gobierno Nacional que se derogue el decreto", dijo el presidente de la Conaie, Jaime Vargas, a periodistas, quien dijo que llegarán para una huelga nacional prevista el miércoles.

Moreno, quien ha abandonado las políticas de izquierda de su predecesor y mentor Rafael Correa, ha dicho que no tolerará el desorden ni anulará la medida sobre los combustibles, que forman parte de un paquete económico que apunta a reducir un abultado déficit fiscal, pero se mostró abierto al diálogo.

"Estoy decidido a dialogar con los hermanos indígenas, con quienes compartimos causas. Hablemos sobre cómo usar los recursos para los más necesitados", dijo Moreno a última hora del domingo en una cadena de radio y televisión.

Los indígenas mantenían el lunes bloqueadas las carreteras en el norte y centro andino del país con piedras, palos y neumáticos en llamas por comunidades indígenas, lo que complicaba los traslados, según testigos.

En una de las entradas a Quito, los manifestantes atravesaron desde temprano camiones en la vía, lo que forzaba a decenas de personas a caminar en busca de algún transporte.

En tanto, en el centro de la capital, la policía colocó barras de protección para cercar las calles alrededor del Palacio de Carondelet, la sede del gobierno.

La ministra del Interior, María Paula Romo, dijo a una radio local que unas 477 personas fueron detenidas, en su mayoría por actos de vandalismo.

Moreno declaró un estado de excepción por dos meses y dijo que no desistirá de eliminar los subsidios a los combustibles, que, argumenta, han provocado pérdidas por unos 60.000 millones de dólares.