Un niño migrante ilegal guatemalteco de ocho años que había sido detenido por la patrulla fronteriza de Estados Unidos murió este martes, en lo que constituye el segundo caso de un menor fallecido bajo custodia de las autoridades estadounidenses este mes.

"Un niño de ocho años de nacionalidad guatemalteca que había sido detenido por el servicio de vigilancia de fronteras de Estados Unidos murió poco después de la medianoche, el 25 de diciembre, en el Centro Médico regional de Gerald Champion, en Alamogordo, Nuevo México", dijo a la AFP en un comunicado el servicio de vigilancia de fronteras de Estados Unidos (CBP).

El texto agrega que durante el día 24 el menor había mostrado "síntomas de resfrío" que luego evolucionaron a "náuseas y vómitos".

Los agentes vieron que el niño parecía enfermo por lo que fue trasladado al hospital junto con su padre.

En el comunicado, las autoridades explican que el niño fue diagnosticado inicialmente con un resfrío común y cuando las autoridades se disponían a darlo de alta se dieron cuenta de que tenía fiebre.

"El niño fue mantenido en observación durante 90 minutos y después dado de alta del hospital a mitad de la tarde del 24 de diciembre con una prescripción de amoxicilina y de ibuprofeno", indicaron las autoridades.

En la noche, el cuadro evolucionó y el niño comenzó con náuseas y vómitos y fue trasladado nuevamente al centro médico, donde finalmente murió poco después de la medianoche.

Las autoridades señalaron que no se conocen las causas de la muerte del niño y prometieron que se realizará un "examen independiente y en profundidad de las circunstancias" del deceso.

El 8 de diciembre la niña guatemalteca Jakelin Caal falleció en el hospital de El Paso, Texas, por causas aún no reveladas después de haber sido detenida junto a su padre tras cruzar ilegalmente la frontera desde México en la noche del 6 de diciembre.

Según el diario The Washington Post, que citó al CBP, la niña habría fallecido por "deshidratación y shock".

El caso de Jakelin Caal generó una gran indignación en Estados Unidos y una delegación de congresistas que visitaron las instalaciones donde estuvo detenida la niña denunciaron "fallos sistémicos" en el proceso y condiciones de higiene deplorables.

Tras la muerte de la niña, el Departamento de Seguridad Interior (DHS) anunció una investigación, cuyos resultados se presentarán al Congreso y serán públicos.

"Estoy descorazonada de enterarme de la muerte de un segundo niño bajo detención", escribió en Twitter la representante de la cámara baja por Nueva York Nydia Velazquez.

"Debemos exigir responsabilidades, encontrar respuestas y poner fin a la odiosa y peligrosa política contra los migrantes de esta administración", agregó.

El presidente Donald Trump impulsa una política de tolerancia cero contra la inmigración, en el marco de la cual 2.300 migrantes menores de edad fueron separados de sus padres entre el 5 de mayo y el 9 de junio, algo que generó indignación en el país y en el mundo.