River se clasificó este domingo a los cuartos de final de la Copa de la Liga, luego del empate sin goles ante Instituto, de Córdoba, pero acumuló más decepción porque sigue en deuda con el juego a pesar de contar con uno de los mejores planteles del fútbol argentino.

El club de Núñez, que hizo de local en la cancha de Independiente, venía de las caídas ante Huracán (2-1) y Central (3-1), alcanzó los 24 puntos y terminó segundo en la zona A al cabo de la 14ta. y última fecha.

La falta de profundidad fue una característica del último campeón local, especialmente en el primer tiempo, donde generó situaciones. Con el correr de los minutos, River, que no contó con el suspendido Enzo Pérez, jugó desesperado y un tanto desdibujado en lo táctico, cuestión que Instituto, más conservador, no aprovechó.

El primer tiempo tuvo a River como protagonista, con la posesión de la pelota, y algunas llegadas. Las subidas de Milton Casco fueron la lanza de ataque del equipo de Martín Demichelis que encontraba resistencia en un Instituto abocado a defender con orden y templanza.

Un cabezazo del chileno Paulo Díaz fue la primera ocasión de peligro para River. La segunda resultó más clara con el mano a mano de Salomón Rondón ante Manuel Roffo. El experimentado delantero venezolano definió mal, con un remate que pasó cerca del palo derecho.

La tercera ocasión se produjo sobre el cierre, con el remate de Casco que Lucas Rodríguez mandó al córner en un cruce providencial.

El desgaste hizo mella en el rendimiento de River en los minutos finales, en una tarde agobiante de calor en Avellaneda, y propició algunos errores que generaron el fastidio de los hinchas, especialmente con el errático Rondón y la floja producción de Manuel Lanzini.

Instituto sólo se animó con el remate de media distancia de Damián Puebla que Franco Armani contuvo en dos tiempos.

Demichelis realizó cambios para el segundo tiempo con las entradas de Facundo Colidio y Santiago Simón por Lanzini y Casco.

La tendencia se mantuvo, pero ante un Instituto agazapado que tuvo una situación inmejorable con Adrián Martínez, quien se lo perdió de cara al arco.

River estuvo cerca del gol con el disparo de Barco que se desvió en Puebla y dio en el travesaño, pero a partir de ahí, Instituto se adelantó en campo, ya con Gabriel Graciani en cancha, quien exigió a Armani con un manotazo salvador en un remate cruzado y bajo.

En el tramo final, River amontonó nombres en ataque con los ingresos de Borja, Solari y Palavecino, pero nunca el encontró el camino. Los pases a los costados se hicieron moneda corriente y sus hinchas reclamaron por jugadas de cara al área.

Sin ideas, River terminó abatido más allá de la clasificación a los cuartos de final. La igualdad dejó un sabor a poco. El juego no aparece, a pesar de los nombres, y su gente se retiró de Avellaneda con más preguntas que certezas de cara a la próxima fase de la Copa de la Liga.

Fuente: Télam