Cientos de trabajadores de Twitter renunciaron este jueves de sus cargos en la compañía, según publica The New York Times. Esta ola de dimisiones se ha producido después del ultimátum lanzado por Elon Musk en el que instaba a sus empleados a trabajar más o a abandonar la empresa.

Según el diario estadounidense, que cita fuentes internas de Twitter, la propia empresa está tratando de convencer a algunos de los trabajadores que han decidido abandonarla para que no se marchen. El propio Musk y sus asesores más cercanos estarían reuniéndose con empleados a los que consideran fundamentales para el funcionamiento de Twitter y pidiéndoles que no se marchen.

Musk había dado a los empleados de la compañía hasta este miércoles para elegir entre dos opciones: comprometerse a trabajar largas jornadas y de forma extremadamente intensa o marcharse con una indemnización de tres meses de sueldo.

En un correo electrónico a la plantilla, el multimillonario había anunciado que para crear la Twitter 2.0 haría falta “trabajar muchas horas a alta intensidad”. Solo, había avisado, quienes ofrezcan un “desempeño excepcional” pasarían el corte. “Cualquiera que no lo haya hecho para las 5.pm ET de mañana (jueves) recibirá tres meses de indemnización”.

Lo que no esperaba Musk es que a la hora anunciada empezarían a llegar las dimisiones. Varios empleados, además, han anunciado en Twitter que dejaban la compañía. “De: DM de Ingeniería a Elon Musk. Asunto: Adiós”, publicó un usuario en la red social que se identifica como ingeniero y tiene más de 34.000 seguidores.

Musk ha acometido ya una importante reducción de la plantilla de la red social. Pocos días después de hacerse con el control despidió a aproximadamente la mitad de los alrededor de 7.500 empleados que tenía la empresa. En los últimos días ha despedido a varios empleados que cuestionaron a través de la red social algunas de sus afirmaciones sobre su funcionamiento.

El caótico desembarco de Musk en la compañía ha incluido además el anuncio -y posterior retirada- de nuevos servicios como la verificación de pago, que permite a cualquiera que pague 8 dólares al mes contar con el símbolo azul que hasta ahora identificaba a cuentas relevantes cuya identidad había sido confirmada.