Argentina vive el peor brote de sarampión desde que en 2000 eliminó la circulación endémica de la enfermedad. En la última semana se confirmaron ocho casos más: cinco son chicos de 5 a 19 años años, hijos de una mujer antivacunas que contrajo el virus y cuyo caso había sido notificado la semana pasada.

“Ella y el marido estaban convencidos de no vacunar”, confirmó el responsable de la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles de la Secretaría de Salud, Cristián Biscayart y agregó: “Cuando la madre apareció confirmada, los chicos dejaron de ir a la escuela, por lo que el colegio no estuvo expuesto. Eso fue algo positivo. Entre el municipio y las autoridades escolares decidieron que continúen las actividades en su casa”.

Los chicos tienen 5, 9, 13, 16 y 19 años. Todos debían contar con al menos dos dosis de la vacuna triple viral, que protege contra sarampión, rubéola y paperas (su aplicación es gratuita y obligatoria) pero ninguno contaba con ese antecedente. Es también obligatorio presentar el certificado al ingreso escolar.

“Acá es muy importante lo que refuerza la nueva ley 27.941, que la gente entienda que hay obligatoriedad de vacunar, que no es algo optativo, ni que tenga que ver con objeciones de conciencia o religiosas. Al tomar este tipo de actitudes se está exponiendo a terceros. Si cada uno decide hacer lo que quiere, se pierde el lazo de comunidad. A cada uno le cabe una responsabilidad, porque su derecho termina donde comienza el de los demás, que es el derecho a estar protegidos”, afirmó Biscayart.

“El mayor riesgo se da en niños menores de 6 meses que no pueden ser vacunados bajo ningún aspecto y son los que se están enfermando y los inmunocomprometidos que no pueden vacunarse. Ahí es donde se pierde la noción de solidaridad y de vida en comunidad”, sumó.

Los niños y adolescentes manifestaron fiebre y exantema (erupción), principales manifestaciones de la enfermedad que puede provocar casos graves. Toda la familia evoluciona bien.

El infectólogo contó que a los hijos de la mujer de 44 años, que reside en Ituzaingó y contrajo el virus en un centro de salud de la Ciudad de Buenos Aires “se los fue a vacunar un poco tardíamente porque el caso de ella fue notificado en el límite para poder hacer acciones de bloqueo que fueran efectivas”.